sábado, 25 de julio de 2009

4 de septiembre de 1991

Y así comienza la historia. “La nena nació” le informó mi abuelo a mi papa mientras todos estaban esperando muy ansiosos mi llegada. Naci por cesárea porque según lo que me decía mi mama yo no quería salir y por este motivo no supo lo que eran las contracciones en su primer embarazo. Era la primera hija, la más mimada y contaba con la ventaja de ser tranquilita, motivo por el cual todos querían estar conmigo porque no molestaba. Después de tres años llego mi hermana, mi mejor compañera en las travesuras de la infancia, a la cuál defendía más que a nadie y trataba de proteger en todo momento. Aunque ahora mi relación con ella sea muy diferente.

Arranque desde el jardín muy chiquita porque mis papas trabajaban mucho. Disfrute mucho mi infancia, como todo lo que hago, y trate de divertirme lo más posible. Recuerdo las tardes que pasaba en la casa de mi Abu jugando en la terraza o jugando a las escondidas por toda la casa, los domingos comiendo pastas en la casa de mi Nono, los mediodías en los que me cuidaba Cota porque mis papas trabajaban y las tardes cuando salíamos a andar en bicicleta o las fiestas de disfraces con todos mis vecinos, que también eran mis amigos y compañeros de colegio.

8 años, tres pérdidas y mucho dolor. Un dolor que sigue lastimando aún hoy. Una necesidad que no va a poder ser satisfecha nunca más. Recuerdos borrosos.

No tan nena y en séptimo grado, egresé de un colegio mientras estaba haciendo el curso para entrar a otro. Viaje de egresados a Córdoba.

Inquieta por empezar en un colegio nuevo. Año 2005, primer día de clases en el Madre del Buen Consejo. Nervios, miedos. Me acuerdo la primera impresión que tuve de cada uno de mis compañeros, obviamente muchas cambiaron pero otras se siguen manteniendo igual. Los primeros que vinieron a hablarme fueron Alan Rivero y Mauro, no me voy a olvidar más lo cómoda que me hicieron sentir en un lugar donde no conocía a nadie y me sentía sapo de otro pozo. A lo largo de la secundaria conocí a muchas personas con las cuales compartí momentos lindos pero con los que más recuerdos tengo son con las personas que hoy en día puedo llamar AMIGOS. En segundo año conocí mejor a Alan y me enamoré. Algunos al leer esto estarán pensado que una chica de 15 años no puede enamorarse, pero sí eso que sentí y siento no es amor no sé lo que pueda llegar a ser. Hubo muchas idas y vueltas pero al final terminamos eligiéndonos el uno al otro. Él me hizo cambiar un montón, me ayudo a crecer, me demostró que de verdad existen esas maripositas en la panza de las que todos hablan, paso a ocupar mi cabeza todo el día, me hizo sentir cosas que nunca había sentido, me escuchó y me ayudo en los momentos que más necesitaba. Fue novio y mejor amigo a la vez. Lo bueno de nuestra relación es que por más que muchas personas se hayan metido en el medio una y mil veces lo que siempre nos importó fue lo que sentíamos. Los demás años de secundaria transcurrieron dejando huellas y anécdotas que siempre voy a recordar pero creo que el que más me marco fue cuarto año por el hecho de irnos a Cafayate y conocer una realidad que esta y que gracias a Dios ninguno de nosotros está pasando. Fue un viaje que me marco mucho y cambio también mi forma de pensar en algunas cosas.

No sé si en mi vida hice todo bien, no creo. Pero lo que sé es que durante toda mi vida trate de hacer las cosas lo mejor que pude y en cada una de las cosas que hice trate de poner mi mejor esfuerzo, tanto en cosas simples como en el estudio. Y siempre que me felicitaban por algo o cuando mis papas me decían que estaban orgullosos de mí pensaba en que ojala las cuatro estrellitas que me cuidan desde el cielo también estén orgullosos de su nieta, que estén orgullosos de la persona en la que me convertí. Sé también que todo lo que hago lo hago pensando en seguir superándome día a día para cumplir con todas mis metas y ser el día de mañana una persona de la cual ellos también estén orgullosos y obviamente sentirme yo también orgullosa de mis logros.

Hoy, año 2009 estoy con un pie en quinto y con un pie en el día de mañana. Estoy con ganas de recibirme pero a la vez también estoy con muchos miedos por lo que me espera cuando la secundaria termine. Estoy ansiosa y nerviosa por el viaje a Bariloche y también muy feliz por todo esto tan lindo que me está pasando. Sé que es imposible resumir casi 18 años en un posteo pero creo que conté las cosas más significativas para mí.

Además todo lo vivido me sirvió de experiencia y me hizo mucho más fuerte para algunas situaciones. Hoy puedo decir que estoy orgullosa de seguir siendo yo misma y orgullosa por tener a mis amigos, a mi novio, a mi familia y a mis abuelos estén donde estén siempre en todo momento conmigo apoyándome en la que sea.

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