miércoles, 8 de julio de 2009

Un viaje sin rumbo...

Luego de nueve meses, apurada, e inquieta, un nueve de octubre, a las 3 AM, mi paracaídas decidió aterrizar por fin, en el hospital Antártida, lugar en donde un día antes los médicos (siempre tan precisos en cuestiones de partos) le habían asegurado a mi mamá que faltarían “una o dos semanitas para que naciera la nena”.

Pero bueno, ansiosa desde chiquita, la paracaidista de la familia (denominada así por mi hermano, debido a la sorpresa de mi nacimiento) nació, cuando menos lo esperaban, en el Hospital Antártida, lugar que ya en los brazos de mi madre, no hizo honor a su nombre.

Desde ese momento, en mi vida siempre hice las cosas apuradas, ades tiempo. Mi papá podría apostar su vida, que nací hablando, ya que no recuerda mis momentos en silencio. Comencé a caminar tan rápido como pude, y siempre queriendo escapar hacia alguna dirección, (creo que esa sensación nunca la perdí).

A mis dos cortos deditos de edad fui corriendo en busca de algo nuevo, así entré en un bosque lleno de flores, juegos, chicos, golosinas, letras números y dibujos. Pronto entendí que ese era el jardín, donde cambié amigos que sólo yo veía, por reales (aunque de vez en cuando alguno de ellos me visitaba).

Siempre muy femenina, prefería dejar las muñecas y los juegos de “Susanita” para otro momento, y salir a jugar con los “chicos” (así denominaba yo a mis 5 años a las bestias que eran los amigos de mi hermano, a sus 16 años) o demostrar mis dotes artísticos en las blancas paredes de mi casa.

Y así comenzó la primaria, entre tizas y pizarrones, comencé a torturar a mi papá con mi supuesta vocación (que no sé donde quedó) de maestra y él sin opción alguna tuvo que hacer de alumno. Mi gran aptitud de docente desapareció y me quise convertir en una gran pediatra (pero a nadie, se le hubiese ocurrido cometer el delito de darme tal título), así que desistí de esta carrera a mis 9 años. Creyendo que ya no había otra carrera para mi vida, (situación difícil ya que quedaba mucho por decidir y conocer), quiese ser ama de casa, secretaria, esposa de Ricky Martin, cocinera, doctora (otra vez) ya convencida de que Ricky Martin no iba a venir a la Argentina a casarse conmigo, periodista, locutora, y todas las carreras habidas y por haber, sin saber aún hoy en que carrera aterrizará mi paracaídas.

Entre música y estilos diversos pasé: de escuchar Bandana a Los Redondos (cambio abrupto si los hay), de las peleas por las muñecas, a las verdaderas peleas con amigos, y dejé a Ricky Martín por los amores verdaderos, así me dí cuenta de que ya no era una nena, era algo peor… UNA ADOLESCENTE. Y volví, de repente a sentirme como en el jardín, otra vez en busca de algo nuevo. Allí aparecieron los amigos de la vida, la secundaria, los profesores que dejan huellas, los que mejor es olvidarlos, el primer recital, las primeras grandes salidas, los gritos, portazos, llantos, risas, y demás sentimientos encontrados, inentendibles e inexlicables.

Luego de 17 años, me dí cuenta de que realmente mi paracaídas nunca aterrizó, sino que atraviesa constantemente un largo camino, y que ojalá dentro de unos años, me encuentre otra vez, una noche como hoy, contándoles como sigue el gran viaje de mi vida.

http://www.slide.com/r/bxX8jBBa6z9D1XPDe-xvz4GgpJ4pAbcZ?previous_view=TICKER&previous_action=TICKER_ITEM_CLICK&ciid=3170534137862297310

Andrea Tófalo 5º A

4 comentarios:

Zirce dijo...

Todas las biografias que lei me gustaron, unas mas que otras pero todas estubieron bien contadas para mi. Escribo esto comentario porque tal vez es la biografia que mas puedo entender, porque vivi parte de mi vida conociendote. Creo que te falto poner que jugabas con el maletín de Juliaba docctora y el de secretaria. (jaja) Bueno que más decirte que es lindo como lo contás, como involucras a tu familia siempre en lo que fue el aprendizaje y como de alguna forma todos vamos cambiando con el tiempo. Yo quise ser veterinaria toda mi vida y ahora otra cosa totalmente distinta. De seguro vas a tener muchos comentarios mas para leer. Me gustó porque pude interpretarlo.

Daniela Sanz

Zirce dijo...

Muy linda la biografia, me encato y muy bueno el video.
Igual me cuesta imaginarmelo a tu papá haciendote de alumno, jaja
A mi me pasó algo similar con las profesiones de mas chica, pero las mías eran muy malas...
Muy bueno andy!!

Mailén Chaure

Zirce dijo...

Bueno gracias a ambas, ya que las dos forman parte de esta historia.
Lo interesante de escribir la autobiografía es hacer memoria, recordar aquellas pequeñas cosas de nuestra infancia y traerlas al presente, para reírse, compartirlas, y disfrutarlas.

Andrea Tófalo

heynenne dijo...

Andy, que luego sería Andrea, que decir, si empecé a formar parte de tu vida hace muy poco tiempo, si yo soy todo lo contrario a vos nunca fui deprisa, hasta que me paso algo muy feo que me hizo recorrer todo mas rápido aunque no lo quisiese así, pero ahí estuviste para agarrarme con tu paracaídas, que aunque pienses que lo dejaste ir para hacer otras cosas maduras, siempre esta atrás tuyo, solo que cumple la función de ayudar y brindar lo que tenés. Me diste tantas cosas que no se si se entiende lo que quiero expresar en estas pocas palabras, espero que el día de mañana tu historia y la mía estén llenas de anécdotas que vivamos juntas te quiero demasiado AMIGA.
Laura De La Cruz 5º A