En pocos renglones... 17 ños.

Ya estaba en la panza cuando mamá lloro por primera vez y dijo que me iba a llamar Daniela Priscila. La primera mimada por todos. Se puede decir que me recuerdo por videos, fotos innumerables que me sacaron a lo largo de los primeros seis años. Mi bisabuela me cargaba la mochilita y al colegio desde chica porque todavía necesitaban trabajar todos para construir y poder decir que hay algo nuestro que es la casa que vivo hoy en día.
Llantos, llamadas telefónicas diarias dejaban a mi familia tranquila que en el jardín de al lado ya había dejado de llorar y estaba jugando posiblemente con la persona que hoy es mi novio.
Empecé a insistir en un hermanito, necesitaba tener a alguien que sea mi ayudante en travesuras, alguien que se crie conmigo en la imprenta de mi tío, al que muchas veces me equivocaba y lo sentía tanto que llegaba al punto de llamarlo papá. La convencí, la nena única quería tener compañía.
Unos meses mas tarde llega Julián, con muchos problemitas, internado muchas veces. La gravedad de esto me duele mas ahora que la estoy escribiendo ya que a los seis años porque mucho no entendía. Hoy me doy cuenta que casi pierdo a mi hermano a los veinte días que nació y es un hecho que te marca para toda la vida, que no tiene cura porque esa herida no va a sanar nunca ni para mi ni para mi familia. Julián mejoro pero no puedo negar que hasta que no cumplió diez años que hubo tantas noches posteriores en que yo lo tocaba solamente para saber si mi hermano respiraba en la cama, y es desgarrador para mi todavía tener ese miedo y seguir haciéndolo.
A los siete años sentí que perdí parte de mi, parte de mi inocencia de nena, me la robaron mejor dicho y muchos años mas tarde pude darme cuenta que me la habían sacado y nunca más iba a volver a ser lo mismo para mi. Años pasaron muchísimos hasta entender el significado de todo.
Primaria y jardín acompañada por la misma gente, envuelta en una burbuja que en algún momento se rompió. Tardo siete años hasta que tuve que desenvolverme con 40 personas de las cuales conocía a dos. Unas de mis peores etapas en 17 años, no saber controlarme a mi misma y pasar por todo lo que pase. Seis de la mañana: hospital, estudios, miles y nada. Estaba totalmente sana. Remedios muchos, y todo igual. Todo se solucionó después de seis meses de todo esto, y es verdad estaba sana. En pocos años encontré una comprensión un chiche nuevo para mi que me iba a sacar de un mundo y ponerme en otro, lo deje pasar o lo eché de mi vida para poder seguir creciendo.
A los dieciséis, crei haber encontrado lo más importante para mi, o una de las cosas mas importantes en la vida. Fui maravilloso vivir todo lo que viví, lo que compartí. Y este compartir lo tuve conmigo hasta hace muy pocos días como era de preverse para mi.
El 25 de junio de 2009 la persona que me ponía la mochila para ir al colegio me dijo que ya no podía ayudarme mas que iba a tener que seguir sola porque ya estaba cansada de vivir 97 años, pero que por dos días la acompañe y tenga conmigo parte de ella. Fue así como perdí a una de las personas mas importantes y aun hoy me siento sola.
Días después deje de compartir el sentimiento con una de las personas que mas feliz me hizo o que me ayudo a ser feliz. En una semana perdí dos vidas, aunque no de la misma manera pero dentro mío las perdí, me dejaron sola y todo esto me lleva a lo que soy hoy como persona, a lo que me forma y a demostrar que fui cuesta arriba por un mes y que ahora es el momento de darme cuenta que maduré y que por algo todo esto me paso ahora y por esto mismo me animo a contar parte de mi historia y lo importante que fue todo para mi.



Daniela Sanz