jueves, 30 de julio de 2009

Violencia por nada.


"Son chicos entre 14 y 20 años, buen nivel educativo y sin apuros económicos. Pero cuando salen a bailar pueden terminar matándose a golpes. La falta de límites, la sensación de impunidad y el exceso de alcohol, factores claves"; " Un joven fue asesinado a puñaladas a la salida de un boliche"; "Otro ataqué violento a un joven a la salida de una discoteca".
Frases como estas se escuchan en todos los medios, tanto en los diarios como en televisión, pero ¿cuándo se va escuchar decir que el nivel de mortalidad por causa de la violencia en los boliches bajo? Mi respuesta es NUNCA.
Este es un nuevo problema juvenil, la violencia sin motivos aparentes, casi incomprensible, incentivada por el consumo de alcohol, bebidas energizantes y drogas, y alentado por un esquema de diversión que parece concebido para que el descontrol no tenga RESPONSABLES.
La gran mayoría de los jóvenes no reconoce que la violencia no es un tema para dejar de lado, según ellos "es algo de todos los días". La gente se pregunta porqué lo hacen, ellos responden sin razón alguna "porque miró a mi novia", "porque me empujo " o simplemente "porque me miro mal". Estás son algunas de las respuestas que dan los jóvenes a la hora de preguntarles por que lo hicieron. ¿Ustedes creen que son argumentos razonables para hacer lo que hacen? Yo creo que NO.
Hablar de la violencia en los boliches induce a pensar en que es una consecuencia de la violencia social en la que vivimos. A esta violencia se le atribuyen variadas causas, por un lado la violencia que genera el desempleo, las pocas perspectivas de vida y de futuro que ofrece la sociedad a los ciudadanos y esto se hace extensivo desde los chicos hasta los mas grandes.

Algunos de los motivos de porque los jóvenes reaccionan así ante un mínimo problema son:



  • El exceso consumo de drogas, bebidas alcohólicas, energizantes y hasta psicofármacos. Productos que hacen despertar en los jóvenes reacciones poco común para una persona "normal".


  • El llamado "combo de la muerte", es un servicio que se ofrece a los adolescentes y que consiste en comprarles la entrada a los boliches y poner a su disposición un micro o combi para llevarlos hasta el lugar, pero que en algunos casos también incluye la provisión de drogas, bebidas alcohólicas y energizantes mencionadas anteriormente.


  • Los jóvenes ven a sus padres nerviosos, amargados, desocupados o sobreocupados, y eso los altera, los pone violentos, irracionales e impulsivos.


  • "Los adolescentes están violentos porque están angustiados. Se sienten abandonados, no tienen garantías de educación, de salud, de vivienda, de justicia. Hasta saben que los pueden matar en cualquier esquina. Entonces salen a la calle a arrasar con todo: se emborrachan, se tatúan, se agujerean, se lastiman, se intoxican, se aislan con la computadora, con la música. ¿Por qué? Porque un ser humano sin proyectos, sin futuro, se vuelve primitivo. Se cortó el circuito en que las nuevas generaciones superan a las anteriores. Cualquiera que escuche a los pibes de 15, 17 años, comprueba que no nos van a superar, y esto es terrible".

  • Perdió jerarquía la palabra, el diálogo, y cuando no se habla ni se reflexiona aparecen el impulso y la violencia. Es lo que les pasa a los chicos: pasan al acto sin siquiera pensar.


  • "La violencia siempre es un síntoma de otra cosa y los padres a veces no se quieren enterar. Dicen que hablan con los chicos, pero hablan y no escuchan".

Los trágicos sucesos que estamos comentando revelan las graves debilidades de un sistema de seguridad que no está en condiciones de actuar con mínimas condiciones de eficiencia ante ataques al orden público tan corrosivos y brutales. Pero no sólo es preocupante que la Policía no pueda o no sepa intervenir a tiempo con los elementos necesarios para evitar un asesinato en plena ciudad. También debería ser motivo de reflexión y de análisis el hecho de que las fuerzas de seguridad hayan perdido la capacidad para actuar como factor preventivo o disuasorio ante cualquier alteración del orden que pueda degenerar en un tumulto criminal.
En uno y otro casos, la
Justicia estudia los hechos y oportunamente asignará las imputaciones y las responsabilidades penales correspondientes para cada joven que reaccione de forma violenta.
Pero al margen de lo que le toca decidir a la Justicia, la sociedad no puede eludir una reflexión general sobre las probables causas de este brote aterrador de violencia juvenil, que no parece responder a motivaciones fácilmente identificables. Cuando los crímenes perpetrados por adolescentes no tienen causas objetivas reconocibles, cuando aparecen como el resultado de un afán gratuito de destrucción o como la explosión irreprimible de un estado de ánimo, no podemos dejar de preguntarnos en qué punto ha de haberse resquebrajado la formación moral o educativa que se está impartiendo a un determinado sector de la juventud; sobre todo en este tiempo de complejas interacciones, en que la educación de los jóvenes aparece cada vez más como una tarea en la que intervienen factores técnicos y comunicacionales difíciles de controlar.
Todos estos temas deberían ser objeto inmediato de análisis, reflexión y acción, más allá del dolor y la consternación que provocan estas muertes irracionales y gratuitas, signos de una violencia de este tiempo que de ninguna manera debemos aceptar.
Y al fin y al cabo se escuchan muchas preguntas, pero pocas respuesta.

Bueti Sabrina. 5° B


1 comentario:

Alejandro Lamela dijo...

creo que es cosa de todo el pais el tratar de evitar este tipo de problemas, que a la larga va a llevar a que nos matemos unos a los otros sin razon, como lo que pasa a la salida de los boliches, donde despues de emborracharse y drogarse a mas no poder salen a formar una guerra urbana y los que no tienen nada que ver la ligan igual y nunca nadie tiene la culpa. yo creo que tendrian que poner topes a la distribucion de alcohol dentro de los boliches, ademas de brindarles educacion sobre lo dañino que son las drogas que a pesar de sentirte bien en el momento, te matan poco a poco por detro y hacen que cometas lo que no queres.